Cuando a Walter White le diagnostican un cáncer de pulmón, el mundo se le viene abajo. Abrumado por la necesidad de dinero y temeroso de dejar a su familia sin recursos cuando él ya no esté, recurre a sus amplios conocimientos de química para empezar a elaborar y distribuir metanfetaminas. Pronto su alter ego criminal, Heisenberg, va ganando terreno a Walter y a su aburrida vida como profesor de química de instituto, para adentrarse en un mundo de violencia y delincuencia de la mano de un yonki y camello casual, Jesse. Le resulta terriblemente difícil mantener este equilibrio, sobre todo porque su cuñado, un agente de la DEA, no tarda en ponerse tras la pista de un nuevo productor de droga que está revolucionando la calle con un producto de una pureza sin precedentes .
El gran éxito de Breaking Bad es la cuidadosa planificación del guión y su impecable ejecución dando lugar a una historia limpia y con una progresión en el tiempo y en la trama constante. Cada temporada tiene un enfoque particular que las diferencia de las demás, aunque con un varios elementos que aportan continuidad y coherencia a la serie y le dan visión de conjunto. De esta forma, hay un ritmo desigual en la serie, que sin embargo va aumentando progresivamente a lo largo de la serie hasta que en la última temporada se desboca y se convierte en un frenesí. Sin embargo, lo más representativo de la serie y del avance del tiempo es la lenta pero inexorable metamorfosis de Walter White en su alter ego Heisenberg.
A pesar de todos sus méritos, que son muchos, Breaking Bad presenta un inconveniente, y es que en los ecuadores de las temporadas, la trama se atasca y la acción desaparece. Exceptuando la última temporada, este error es una constante que no echa a perder la serie, pero la vuelve un poco fatigosa.
Bryan Cranston (Walter White) es la piedra angular de la serie. Con gran representa la difícil dualidad del protagonista y sus esfuerzos por mantener el equilibrio entre su trabajo y su vida privada. Menos entusiasta soy con Anna Gunn, que durante las primeras temporadas se hace difícil de digerir, aunque hay que reconocerle cierto mérito en la parte final de la serie. En general las actuaciones son buenas o excelentes. Generalmente me gusta señalar un secundario cuyos actuación le hace destacar sobre los demás. Todo el que la haya visto, ya imaginara que me refiero a Bob Odenkirk (Saul Goodman) y sus explosivas actuaciones. No es de extrañar que sea el primero en sacar partido de esta saga con su propia serie a la sombra de Breaking Bad.
Conclusión:
Breaking Bad es una serie imprescindible, por su brillante guión, sus sorprendentes giros argumentales y la elevada calidad de sus actuaciones. Aborda el mundo de las drogas desde una perspectiva única y toda la trama está tejida de tal forma que avanza inexorablemente hacia su final. Por otro lado, el final aunque perfectamente ejecutado, es demasiado convencional y no esta a la altura del resto de las expectativas creadas.