Breaking Bad

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Cuando a Walter White le diagnostican un cáncer de pulmón, el mundo se le viene abajo. Abrumado por la necesidad de dinero y temeroso de dejar a su familia sin recursos cuando él ya no esté, recurre a sus amplios conocimientos de química para empezar a elaborar y distribuir metanfetaminas. Pronto su alter ego criminal, Heisenberg, va ganando terreno a Walter y a su aburrida vida como profesor de química de instituto, para adentrarse en un mundo de violencia y delincuencia de la mano de un yonki y camello casual, Jesse. Le resulta terriblemente difícil mantener este equilibrio, sobre todo porque su cuñado, un agente de la DEA, no tarda en ponerse tras la pista de un nuevo productor de droga que está revolucionando la calle con un producto de una pureza sin precedentes .

El gran éxito de Breaking Bad es la cuidadosa planificación del guión y su impecable ejecución dando lugar a una historia limpia y con una progresión en el tiempo y en la trama constante. Cada temporada tiene un enfoque particular que las diferencia de las demás, aunque con un varios elementos que aportan continuidad y coherencia a la serie y le dan visión de conjunto. De esta forma, hay un ritmo desigual en la serie, que sin embargo va aumentando progresivamente a lo largo de la serie hasta que en la última temporada se desboca y se convierte en un frenesí. Sin embargo, lo más representativo de la serie y del avance del tiempo es la lenta pero inexorable metamorfosis de Walter White en su alter ego Heisenberg.

A pesar de todos sus méritos, que son muchos, Breaking Bad presenta un inconveniente, y es que en los ecuadores de las temporadas, la trama se atasca y la acción desaparece. Exceptuando la última temporada, este error es una constante que no echa a perder la serie, pero la vuelve un poco fatigosa.

Bryan Cranston (Walter White) es la piedra angular de la serie. Con gran representa la difícil dualidad del protagonista y sus esfuerzos por mantener el equilibrio entre su trabajo y su vida privada. Menos entusiasta soy con Anna Gunn, que durante las primeras temporadas se hace difícil de digerir, aunque hay que reconocerle cierto mérito en la parte final de la serie. En general las actuaciones son buenas o excelentes. Generalmente me gusta señalar un secundario cuyos actuación le hace destacar sobre los demás. Todo el que la haya visto, ya imaginara que me refiero a Bob Odenkirk (Saul Goodman) y sus explosivas actuaciones. No es de extrañar que sea el primero en sacar partido de esta saga con su propia serie a la sombra de Breaking Bad.

Conclusión:

Breaking Bad es una serie imprescindible, por su brillante guión, sus sorprendentes giros argumentales y la elevada calidad de sus actuaciones. Aborda el mundo de las drogas desde una perspectiva única y toda la trama está tejida de tal forma que avanza inexorablemente hacia su final. Por otro lado, el final aunque perfectamente ejecutado, es demasiado convencional y no esta a la altura del resto de las expectativas creadas.

Nota: 4/5

Utopía.

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Podríamos describir a la producción de hoy como valiente, atípica y audaz… y sin embargo la palabra que más le pega es inclasificable. Producida por la prestigiosa cadena británica Channel 4. Muy en la linea de la TV británica contemporanea, esta serie sabe aunar ideas originales con incontestable calidad técnica, y a la vez ser única en su género.

Utopia es la historia de unos desconocidos que se reunen en una sala de chat fruto del azar. Solo tienen un único punto en común: son fans de Utopía, una especie de singular cómic/novela gráfica de planteamiento un tanto abstracta. Dicho comic apenas fue distribuido físicamente, pero no tardó en alcanzar el estatus de culto en la red de redes. Y aquí empieza la historia en si, pues quien ha reunido a esos desconocidos es alguien que afirma estar en posesión de la segunda parte de ese comic. La única copia que existe en todo el planeta. Lo que nuestros protagonistas no saben es, que lejos de ser un simple comic, todo tipo de teorías de la conspiración parecer surgir de sus misteriosas páginas…

Técnicamente sobresaliente. Una fotografía de tonos muy saturados y alto contraste es la que da vida al vivaz universo de Utopía. Los escenarios no se quedan atrás, se notan cuidadosamente seleccionados para cada encuadre,  la atención por el detalle es algo que destaca en todos ellos. La acción no es abundante, pero se rueda de forma satisfactoria, si bien no llega a alcanzar el nivel de los planos fijos. La música también es otro ejemplo del esmero puesto en la serie: calidad y variedad para ambientar las más dispares situaciones.

A nivel de guión la serie no resulta en absoluto exigente con el espectador. Si bien la trama es compleja y comprende varios cursos de acción simultáneos, se vale de un montaje bien planificado y ejecutado que lo suelda todo de forma que resulte muy inteligible, pero sabiendo ocultar sus giros narrativos. Un guión que va sobrado de chispa, aun sin ser genial. Los personajes son de los mas variopinto: todos ellos perfectamente interpretados por un casting totalmente profesional.

Conclusión:

Cuando uno está viendo Utopía, cae en la duda: ¿Realmente es una serie muy buena?¿O solo muy rara? La pregunta es difícil de contestar, pero habiendo visto el final y entendiendo la serie como un todo, nadie puede negar que la serie anda sobrada de calidad y personalidad propia. Estamos ante una de las series más originales jamás hechas, producida además con un acabado top-notch, si estas harto de ver lo mismo y quieres algo totalmente distinto, no te equivocarás con esta serie.

Nota:  4/5

[trailer HD]

Plaza de España

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Las cadenas de TV españolas producen cantidades industriales de basura año tras año. Es por eso que resulta francamente difícil, e incluso sorprendente, encontrar algo que merezca la pena en semejante escombrera. la serie que hoy nos ocupa no parte de la idea más original del mundo, pero si que sabe darle una vuelta de tuerca  para resultar simpática, y a la postre, merecedora de nuestra atención.

1936. Pocos meses después del incicio de la Guerra Civil Española, un regimiento del ejercito sublevado toma el control de Peñaseca, un pueblo castellano cualquiera. Y hasta aquí dura la seriedad de la premisa, pues el marqués que ejercía como terrateniente en dicha localidad, murió unas semanas antes del susto y los aldeanos aprovecharon el vacío de poder para comenzar a vivir sin necesidad de trabajar (costumbre castiza donde las haya). Conocedores de la llegada de las tropas nacionales, los pueblerinos deberán improvisar una coartada que convenzca a los militares de cara a salvar el pellejo. ¿Como terminará semejante olla de grillos?

Hay que remarcar el objetivo de esta comedia. Y es que con unos capítulos de tan solo 20 minutos y unas tramas sencillas pero variadas, esta claro que tiene una metas humildes que cumple sobradamente. A nivel de actores, reune a algunos de los mejores secundarios del cine español (Si, por contradictorio que suene eso), a los que hay que reconocerles una más que aceptable vis cómica. El guión pocas veces llega a deslumbrar, pero si se nota bastante pulido, y más para los estándares de este país.

Aunque sin duda su mayor mérito es la manera en que satiriza un periodo tan oscuro de nuestra historia, mediante la representación hiperbólica y estereotípica de unos personajes que viven instalados en el absurdo.

Conclusión:

No estamos ante una comedia para reirse a carcajadas, pero si estamos ante una idea simpática y bien ejecutada. Con unos personajes caricaturescos y bien explotados. Predominando en todo momento un refinado humor negro, heredero directo de Gila o de Berlanga, con un toque un poco más desenfadado y ocasionales matices chanantes. Hacen de esta una serie perfecta para entretenerte durante 20 minutos sin tener que pensar demasiado, siempre que te llame la propuesta.

Nota:  3/5

Napoleón

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Miniserie histórica que repasa los grandes momentos de la vida de Napoleón. Estructurada en cuatro episodios de hora y media, cada capítulo se centra en una parte concreta de la vida de Napoleón. Así, en la primera parte nos encontramos con un joven y ambicioso oficial de artillería que no tarda en hacerse con las riendas del poder en una Francia dividida y al borde de la guerra civil. Compaginando con la carrera política de Napoleón, la serie también presta atención a la vida sentimental del general, dando gran relevancia a sus amantes, especialmente de Josefina. Aunque la guerra ocupa una parte importante de la serie, el genio militar de Napoleón queda deslucido, siempre al borde de la derrota.

La miniserie no tiene la duración necesaria para abarcar la con profundidad la vida de Napoleón, de forma que nos tendremos que conformar con los principales hitos de este periodo histórico. Por otro lado, algunos capítulos se hacen excesivamente densos, algo a lo que no contribuye la duración de los mismos. A su favor tiene un argumento sólido y con un enfoque histórico muy riguroso.

El apartado técnico de la serie esta muy trabajado. Los escenarios, en muchas ocasiones auténticos palacetes de la época que ambientan detalladamente la sociedad parisina de 1800. Pero si hay algo por lo que destaca la serie, es por la recreación de las batallas. Los ejércitos no llegan a ser todo lo grandes que debieran y tampoco se entretienen mucho en la estrategia, pero a pesar de ello hay muy pocas productoras que se hubieran atrevido a incluir batallas en la serie.

De los personajes hay poco que decir. Por lo general se limitan a definir a los personajes con un rasgo característico, dedicando un poco más al propio Napoleón, interpretado por un consistente Christian Clavier, y a Josefina, a la que Isabella Rossellini le da vida de una forma notable.

Conclusión:

Si no te interesa la temática histórica, esta serie te parecerá demasiado densa; y si te gusta, te parecerá demasiado superficial. Los distintos capítulos son demasiado inconexos entre sí y omite episodios importantes como la invasión de España. Por otra parte, es una atractiva forma de aprender historia.

Nota: 2/5

The Fades

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Las expectativas son siempre un arma de doble filo, tan pronto mantienen vivo nuestro interés por una historia como nos apuñalan vilmente por la espalda.  La serie que hoy nos ocupa ha sido un claro ejemplo de puñalada trapera.

Y es si uno lee la sinopsis con ganas de acción, y (porque no decirlo) cierta épica lo tiene todo captar nuestra atención:  Un joven que ha adquirido un poder que le permite hablar con los difuntos, y por causa del cual tiene epifanías del apocalipsis que parece avecinarse. Eso junto con un apartado técnico consistente, como el que muestra el trailer, es más que suficiente para dar un voto de confianza a esta serie. Pero…

A veces los árboles no nos dejan ver el bosque. No hay duda de que esta serie cuenta con unos notables valores de producción, tampoco hay queja alguna sobre la calidad técnica tras su rodaje, pero ahí acaban los éxitos que exhibe. Tha Fades intenta seguir la estela de las producciones de TV británicas actuales, pero parece carecer del talento necesario para llevarla a buen puerto, se antoja insuficiente en todos los apartados que no son estrictamente técnicos. La acción, pese a tener sus momentos climáticos y no andarse con demasiados remilgos, tampoco llega a destacar en absoluto sobre el conjunto.

El argumento hace aguas por todas partes. No solo como consecuencia de defectos lógicos evidentes, si no por obra y gracia de un guión plano y unos personajes secundarios odiosos. Da la sensación de que los diálogos han sido escritos sin dirección narrativa y simplemente buscando agradar a X sector del público, como evidencian conatos de comedia o frikismo que lejos de enriquecer el producto, lo condenan a una mayor inconsistencia e incluso a momentos de vergüenza ajena.  Las actuaciones son muy irregulares, en general no tienen mal nivel en los protagonistas principales, pero esa irregularidad aumenta exponencialmente en los secundarios (a los cuales se suma su presencia meramente accesoria).

Conclusión:

The Fades transmite la sensación de estar ante un producto demasiado crudo, recién salido de una lluvia de ideas con demasiadas ideas y pocas buenas ideas. La falta de dirección narrativa, al servicio de un argumento que termina por ser demasiado simple hacen que nuestro interés se disipe desde el primer capítulo. El enfoque artístico genérico, cuya ambientación no logra marcar la diferencia en ningún momento, tampoco ayuda a sumergirnos en lo que nos cuentan. Y las carencias lógicas terminan de asesinar la credibilidad  de todo ello. La calidad técnica, tres o cuatro momentos climáticos bien medidos y un final original no bastan para elevar esta producción por encima de la lístón del aprobado: lleva demasiado lastre.

Nota:  2/5

Skins

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Si existe un género que se halle desprestigiado hasta el límite de la indigencia intelectual es el de las series de adolescentes. Esto es: series con protagonistas adolescentes, enfocados a un público adolescente, y centrándose en tramas tan originales y ambiciosas como las relaciones de grupo, los romances de instituto, las fiestas, el alcohol/drogas, y otros conflictos estereotípicos varios. Estas temáticas no son si no reflejo de la juventud real, donde radica su éxito comercial y también su fracaso ante la crítica especializada, que no es muy proclive a perder el tiempo con mamarrachadas. La serie que hoy nos ocupa fue la primera que me demostró, no sin cierta sorpresa, que no todas son merecedoras de semejante estigma.

Skins* se centra en la vida de un grupo de jóvenes británicos durante sus dos últimos años de instituto. La serie cuenta con 6 temporadas (a la espera de una séptima que consistirá en tres especiales), en las cuales cambia de protagonistas 3 veces. Es decir: Cada dos temporadas los personajes se resetean y pasamos a una nueva «generación», como se las denomina. Las temporadas son cortas, de entre 8 y 10 capítulos, con lo cual en cada generación nos salen unos 18 capítulos, suficiente para desarrollar personajes con un mínimo de complejidad antes de que lleguen a hacerse pesados.

Empezaremos con lo malo: La temática. Quizás es que servidor se ha vuelto algo viejuno, pero no me interesa lo que me cuentan: Skins no huye de los clichés, se nutre de ellos tanto o más que el resto de series del género, como una burda estrategia para abarcar al público más mayoritario. ¿Qué diferencia entonces a Skins de una abominación de las que produce telecinco? Pues bastantes cosas, por suerte.

Y es que los dos puntos fuertes de la producción son su enfoque artístico y su incontestable calidad técnica. Hablando de lo primero, muchas veces juega con los recursos del cine alternativo, valgan como ejemplo las bandas sonoras que acompañan a cada temporada y que abarcan los estilos más dispares. En el apartado visual, impera un cierto preciosismo en la búsqueda de planos y localizaciones, pero sin renunciar a una gran solidez técnica, que se escenifica en un rodaje dinámico basado en exteriores (los decorados brillan por su ausencia aquí). Sin embargo, donde más se nota ese toque «de autor» es en la narrativa: Cada capítulo nos es presentado desde la perspectiva de un personaje, hasta tal punto que los capítulos llevan el nombre del personaje al que están dedicados. Esto supone un ejercicio de dirección brillante partiendo de la diversidad de los protagonistas,  que dotan a cada capítulo de un ritmo, cadencia y estilo propios que impiden que la serie se repita demasiado.

Conclusión:

Si tuviera que resumirlo en una frase: «No me gusta lo que me cuentan, pero me encanta como lo cuentan». Si bien el argumento real es más de lo mismo, las formas (con sus consideraciones técnicas y artísticas) alcancan un nivel sorprendentemente alto. Es una serie algo descompensada en ese aspecto. Si no le pides un argumento demasiado elaborado y soportas alguna cantada ocasional, te hallarás ante una experiencia audiovisual más que recomendable. La guinda del pastel es su enfoque artístico-experimental, que es un arma de doble filo (o lo amas o lo odias)

Nota: 4/5

* No confundir con el remake estadounidense, que según parece, está dirigido y guionizado por un mono capuchino.

Escudo Humano (Human Target)

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Cristopher Chance es un experto en seguridad privada. Y no me refiero a esos señores vestidos de ujier, que llegan a casa en moto e instalan alarmas. Me refiero a un auténtico profesional de la seguridad, un super-guardaespaldas habituado a las más extremas situaciones, capaz de desbancar al mismo diablo si la ocasión lo requiere. La serie recoje su día a día, coincidiendo la mayor parte de los capítulos con un caso diferente.

Dudo mucho que esta serie haya cosechado grandes premios o menciones. Argumentalmente es demasiado simple para ello, y siendo rigurosos no aporta nada al ya más que trillado género de las «series de acción». Todo muy espectacular, muy inverosímil, y en ocasiones absurdo hasta decir basta. Sin embargo no todas las series pueden ser igual de ambiciosas, y en ocasiones nos encontramos con propuestas que aún careciendo de brillantez, ofrecen bastante entretenimiento y resultan agradables de ver.

Técnicamente tenemos un rodaje muy funcional y correcto del que no podemos destacar nada. Entrando a valorar la historia: es bastante plana y se nota que está dirigida hacia la acción pura dejando las tramas como meras excusas para hacer volar coaas por los aires. Otro punto a tener en cuenta es que la serie presenta algunos altibajos, hay capítulos que están realmente bien planteados y en otros el interés decae bastante. Lo que si que es cierto es que los capítulos son bastante variados entre sí,  y presentan situaciones bien distintas que evitan que la serie se haga repetitiva a pesar de estar basados en una mecánica tan sencilla.

Hasta ahora tiene todos los ingredientes para ser una serie del montón, como hay miles, que pasaría por la parrilla sin pena ni gloria, pero… Y es que hay un pero: Es muy entretenida. Pese a los defectos ya comentados es una serie trepidante,  ligera y muy directa. Ideal para despejar la mente y pasar un buen rato. Los protagonistas funcionan realmente bien en pantalla, tienen carisma. Mención especial para ese toque desenfadado (probablemente heredado del cómic) que impera en todo momento. En resumen: La serie consigue enganchar, a pesar de los pesares.

Conclusión:

Se habla de películas palomiteras, pues esta es sin duda una serie palomitera: Si buscas una serie divertida, directa, y no intentas buscarle más profundidad de la que tiene (que insisto, es poca) Escudo Humano es sin duda una muy buena elección.

Nota: 3/5

John Adams. Revolución desde arriba.

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Debo confesar que con las series históricas tengo una relación amor-odio. En mi opinión han de mantener un complejo equilibrio entre el rigor histórico sin caer en el hastío, y las licencias cinematográficas sin caer en lo inverosímil o lo falso. Historia siempre equivale a revisionismo en mayor o menor medida, por eso no deberíamos tener remilgos a la hora de hacer nuestra la opinión ajena: Ya juzgaremos nosotros mismos a posteriori.

Y es que John Adams, se basa en el libro homónimo del escritor estadounidense David McCullough, que no tiene ningún reparo en ensalzar tanto al personaje como a los ideales ilustrados y nacionalistas que terminaron dando a luz a lo que hoy son los EEUU. Desde una perspectiva indisimuládamente patriótica, la serie recorre la vida de John Adams (Paul Giamatti), uno de los considerados «padres fundadores» de la nación americana. Abarcando varias etapas de su biografía y conectadas por saltos temporales, seremos testigos de diversos sucesos históricos, siempre desde la perspectiva de dicho protagonista.

Lo primero que llama la atención de la serie son sus valores de producción. Aunque no es una serie particularmente vistosa, si que es de las más caras que ha producido la HBO, y eso se nota: A nivel de dirección y montaje mantiene la sobriedad requerida por una serie de este tipo, pero la provee de una ambientación extraordinaria que arrastra al espectador a la época desde el primer minuto. No abundan los efectos visuales, pero los que hay demuestran una gran calidad técnica. La Banda sonora, es sin duda otro punto a favor. Especial mención para las partes melódicas (como el tema de los créditos de apertura), que reflejan perfectamente los matices de la serie y no desentonan respecto al periodo. Las actuaciones también son muy buenas. Si bien algunos personajes no podrían ser más planos (Ej. George Washington).

El guión merece un apartado propio. Es sin duda lo mejor de la serie, ya que logra representar ese crisol intelectual en el que se forjó el nuevo estado. Con grandes demostraciones de retórica, dialéctica y política; en definitiva batallas de ideales que representadas así por la serie, nos son mostradas en su forma más pura.

Sin embargo hay apartados que alejan a John Adams de ser la serie histórica definitiva. Como ya dijimos, recoge varios episodios de la biografía del protagonista, y lógicamente todos no son igual de interesantes. Si la serie tiene 6 capítulos, en los 3 últimos el ritmo decáe bastante, y con él el interés. Pero el mayor error está en el último capítulo, plúmbeo y trivial: En mi opinión sobra, ya que solo ofrece a la serie un final mortecino con el que echar la siesta y no aporta nada al conjunto.

Conclusión:

John Adams es una inmejorable manera de aprender o revisitar los sucesos y el contexto que desemboraron en la emancipación de EEUU. La serie está enfocada desde una perspectiva muy patriótica, pero no por ello está vacía de contenido ni mucho menos. Salvo ese ritmo irregular que comentamos no tiene más defectos achacables: la serie hace justicia al convulso y fascinante periodo en que se basa. ¿Por qué en España no podemos producir una serie así de buena sobre la guerra de la independencia y las Cortes de Cádiz?¿O sobre la segunda república?  Al margen de recursos técnicos, pues porque nos falta mucha cultura democrática: Seguimos siendo un país dividido, acomplejado y cainita.

Nota: 4/5

Battlestar Galáctica. O como reinventar la ciencia ficción.

Se suele acusar a las series de ciencia ficción  de presentar una perspectiva excesivamente ingenua sobre el progreso, la tecnología, o la misma especie humana. Y no sin criterio: Hasta hace relativamente poco las series de este género se dedicaban a reproducir la fórmula de Star Trek con mínimas variaciones: Esto es capítulos autoconclusivos, con argumentos sencillos y un uso extenso de los recursos tecnológicos para estimular la imaginación y curiosidad de los espectadores. Espectadores que era en su práctica totalidad geeks, porque hablamos de una propuesta muy concreta destinada a un público muy concreto. Battlestar Galactica (2003)  es de las pocas series que corta amarras con esos clichés, y aspira a contar una historia épica desarrollada a lo largo de varias temporadas. Historia donde la ciencia ficción es una excusa, un escenario, pero en ningún momento el tema central sobre el que pivotan el resto.

Y es que no se puede entender BSG sin ser conscientes de lo ambicioso del proyecto. La ambición de la serie se percibe por la mezcla de elementos bastante dispares, pero que encajan perfectamente en todo momento. BSG es de ciencia ficción, si. Pero eso es decir muy poco sobre una serie que destaca por su acción, por su suspense, por su drama, por su contenido filosófico e incluso religioso. Y todo ello en una ambientación futurista muy trabajada, original a la par que creible, que supone la guinda del pastel en tanto que ofrece un escenario perfecto para los hechos.

No diremos nada sobre el argumento, ya que la mayor parte de sinopsis contienen spoilers sobre el principio y no caeremos en ello. Pero si que diremos que es un constante in-crescendo desde el principio hasta casi el mismo final. El guión se mantiene al nivel de la producción y las actuaciones son muy buenas, destacando algunas extraordinarias de personajes, que además son muy difíciles de interpretar.

Técnicamente la serie aguanta el tipo. A pesar de haber comenzado en el 2003, la serie se rodó en digital y a FullHD , con lo que la versión Blu-ray tiene un acabado excelente al ser resolución nativa. El 3DCGI tiene un acabado algo artificial, sobre todo al principio de la serie, pero tampoco llega a quedar cutre: Es más, para ser una producción de TV los efectos digitales son bastante buenos. La serie está rodada de forma muy funcional, sin muchos alardes de dirección, pero destila calidad que se combina con un montaje sólido para ofrecer un producto más que solvente a nivel de técnica. La música, obra de Bear McReary, es sin duda otro apartado sobresaliente. Se vale de melodías muy ambientales que marcan el ritmo de la acción o los diálogos, pasando por algunas pequeñas licencias orquestales, así como  influencias étnicas que aportan un toque muy particular a la BSO.

La serie se compone de las miniseries (dos telefilms que introducen al espectador en el argumento de la serie), la serie en sí (4 temporadas) y otros telefilms accesorios (Navaja y El Plan). No incidiremos en el orden correcto de visionado, porque ya figura en muchas webs, pero si diremos que lo peor con diferencia son las miniseries. Lo cual no implica que sean malas en absoluto, pero si que tienen  menos tirón que la serie. Así que es importante advertirlo para evitar que la gente las vea y se desmotive: Lo realmente bueno viene después.

Conclusión:

BSG es una serie de ciencia ficción extraordinaria, precisamente por lo poco que se parece a la típica serie de sci-fi. Es una experiencia mucho más profunda de lo que parece a priori, magistralmente planificada y ejecutada, y que se vale de unos componentes que destilan calidad a raudales. Una serie que puede gustar incluso a aquellos que reniegan de la ciencia ficción, porque BSG habla un idioma distinto: El lenguaje universal de la calidad y la originalidad. ¡ESO DECIMOS TODOS!

Nota: 5/5

The Killing. ¿Existe el crimen perfecto?

Los remakes estadounidenses de producciones extranjeras no suelen llevar buena prensa. Se les acusa con bastante razón de perder de su esencia y caer en los estereotipos del «american way of life». No es el caso de esta serie de la AMC, estrenada en abril del 2011 y basada en la serie danesa Forbrydelsen. La cual, a juicio de los críticos, mejora sensiblemente a la obra original en todos los apartados. Un año después apareció la segunda temporada que concluye el argumento.

La serie transcurre en Seattle, Washington. Donde trabajan sus dos protagonistas, ambos detectives de policía: La impulsiva y perseverante Linden (Mireille Enos) y el despreocupado pero sagaz Holder (Billy Campbell). Los detectives son asignados a un caso particularmente delicado: Una joven local ha aparecido muerta con signos de violencia. El caso convulsiona a la ciudad y genera una gran atención mediática: Pero lo que en principio parece una investigación de manual, pronto escalará su complejidad en tanto que aparezcan conflictos de intereses, y las rivalidades políticas y empresariales se muestren más preocupadas en beneficiarse de la tragedia, que en colaborar con la investigación.

Técnicamente estamos ante una serie muy sólida. Sin muchos alardes técnicos, pero bien rodada. Especial mención para la ambientación que logran recrear: Un Seattle ceniciento y lluvioso, que parece ir a a juego con el tono de la serie. Musicalmente poco hay que decir, ya que la mayor parte de las pistas son meramente ambientales. A nivel interpretativo, los actores se desenvuelven bien, si bien en los primeros capítulos vemos a unos protagonistas algo sosos, es probable que se deba a la personalidad atípica, que huye de los estereotipos, que los caracteriza. Pero sin duda los que se llevan el premio son los secundarios, que brillan con luz propia en una serie donde son muy importantes.

Y llegamos al argumento, el punto fuerte de toda serie policiaca. Diremos que no decepciona en absoluto: La serie tiene ideas originales, y sabe introducir giros de guión que la hagan interesante. Sin embargo también es cierto que adolece de falta de ritmo, sobre todo al comienzo de las temporadas. Es una serie muy pausada, que salvo hechos puntuales avanza sin prisa, resultando en unos capítulos iniciales que puede aburrir, o incluso hacer perder el interés. Aquellos que logren mantenerlo, se verán recompensados con unos capítulos finales de autéctico infarto: El cierre de ambas temporadas es excepcional, con ritmos ágiles donde el argumento muestra lo mejor de sí y la acción entra por la puerta grande. El guión va en consonancia con la serie, está bien elaborado y se mantiene a la altura de las circunstancias en todo momento.

Conclusión:

The Killing es una muy buena serie policiaca, basada en buenas ideas bien ejecutadas. Destacan también unos personajes secundarios muy bien caracterizados y que aportan una cierta variedad a la serie desde perspectivas distintas a los protagonistas. Aunque es cierto que se ve lastrada por un ritmo mal gestionado al principio, con unos capítulos en los que pasan muy pocas cosas. Quizás es una serie demasiado larga para su contenido real, pero en cómputo global merece la pena verla. Salvo que seais muy impacientes…

Nota:  4/5