Todos llegamos a una edad determinada en la que nos planteamos que hemos hecho con nuestra vida, si nos gusta el camino que hemos recorrido y cuánto hemos cambiado. En torno a esta premisa tan manoseada por el cine y la televisión gira la película que tenemos hoy aquí.
En Cerdos Salvajes, los protagonistas son cuatro amigos que forman una pandilla de moteros. Paradójicamente, los cuatro amigos que sufren una crisis de madurez simultánea y deciden emprender un viaje y atravesar el país en moto. En su anhelo de alcanzar la libertad y evaporarse de las obligaciones se encuentran con una auténtica banda de moteros delincuentes y las cosas empiezan a torcerse.
Simpática comedia cuya única meta parece ser la de entretener y que a duras penas lo consigue. Tiene un comienzo prometedor, como si el director quisiera contarnos una historia llena de aventuras y no solo buscar la risa fácil, aunque no tarda en desinflarse a medida que la historia se va volviendo cada vez más esperpéntica y llegamos a un final absurdo, y con la sensación de quedarnos a medio camino. Valorandola estrictamente como comedia, la película parece hecha con un molde de comedia de Hollywood con sus altibajos.
En el plano de las interpretaciones, debo decir que esperaba bastante más de un actor como John Travolta, con un talento manifiesto como el que pudimos observar en Pulp Fiction. Martin Lawrence sigue en su línea, aunque debo confesar que nunca me ha hecho mucha gracia. Poco hay que decir de los otros dos, que tienen un papel más secundario y que no son particularmente graciosos.
En el plano técnico es una película muy sencilla y facil de olvidar aunque muy bien ambientada con una temática del Medio Oeste tanto en los paisajes como en los pueblos que atraviesan.
Conclusión:
Cerdos Salvajes es una buena receta para pasar un rato y reírse. Su corta duración evita que se nos llegue a hacer pesada y su concepción original te engatusa y despierta un gusanito de intriga para saber como acabará todo. Desgraciadamente el chapucero final mata el gusanito mucho antes de que el inverosímil desenlace nos saque de dudas.