Los Croods

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Si por algo me gusta el cine de animación es por la fantasía desbordante de los guionistas y una trama muy ágil que te garantizan una rápida inmersión en la película. Además incluyen guiños para los más mayores y que además de entretenerte te permiten disfrutar de la película. Desgraciadamente este no es el caso, en el que todo es de una simpleza exasperante.

Grug es el patriarca de una familia de trogloditas que viven en la cueva. Durante generaciones se han regido por unas reglas esenciales: todo da miedo y lo único seguro es la caverna. Siguiendo al pie de la letra esta sencilla regla han conseguido sobrevivir a todos sus vecinos; Sin embargo, cuando el mundo comienza a cambiar, esta regla deja de servir, y el clan tendrá que evolucionar para adaptarse al cambio, o desaparecer. No estarán solos en esta difícil empresa, pues un joven solitario de nombre chico, obsesionado con llegar al Sol antes de que el mundo llegue a su fin, les guiará gracias a su brillante e imaginativo coco.

Las películas infantiles no distan mucho de una receta de cocina muy rentable. Un argumento simple, un protagonista con alguna cualidad inusual, un secundario chistoso, y un quiebre emocional hacia la mitad de la película. En principio, Los Croods cumplen con todos los requisitos para una película de esta índole, el problema es que no destaca en ninguno de estos aspectos. Nos queda pues una película mas bien sosa y con una trama simplona, que a ratos incluso te da ganas de quitarla. El gran error de esta película es una protagonista repelente y poco creíble.

El apartado visual de la película es como todos los del género. Unos contrastes visuales muy marcados con multitud de detalles en los que fijar la atención. El 3D se aprecia de manera muy marginal sobre el formato tradicional. Aquí es otro factor donde se puede constatar el espíritu comercial de la película. En lugar de esmerarse por hacer una atmosfera consolidada con la trama principal de la película, los guionistas prefieren poner cosas raras porque sí a ver si así pueden esconder las deficiencias de la película.

Conclusión:

Acostumbrados cada vez más a que las películas infantiles sean aptas para todos los públicos e incluyan guiños que difícilmente van a entender los espectadores más jóvenes, decepciona ver como esta película da un paso atrás. Aún sin defectos aberrantes, sólo es recomendable para los espectadores más bajitos.

Nota: 4

El Gran Gatsby

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Parafraseando una de las sinopsis más conocidas de Ciudadano Kane: ¿Quién es en realidad Jay Gatsby? ¿Un espía alemán? ¿El primo del káiser Guillermo? ¿Un asesino profesional? ¿Un rico industrial del medio-este? Y es que con semejantes rumores sobre su persona, no cabe duda que el personaje creado en 1924 por el escritor Francis Scott Fitzgerald lo tiene todo para captar la atención del espectador. Pero… ¿realmente es digno de llevar el sobrenombre de «Gran»?

No dudaremos pues de que toda la película gira alrededor de ese personaje encarnado por Leonardo Dicaprio. Jay Gatsby es conocido en toda Nueva York por las fastuosas fiestas que celebra en su palacio todas las noches. Fiestas de infinitos invitados en las que cualquier cosa es posible, y en las que parece hacer gala de ilimitados recursos económicos. Su personalidad nos es descrita a modo de recuerdos por voz de Nick Carraway (Tobey McGuire), un trabajador de banca que por casualidad termina siendo vecino del célebre Gatsby. A lo largo de la película somos testigos de como llegó a conocerle, y como no tardó en convertirse en el único confidente de tan enigmática figura.

Visualmente, tenemos una película caracterizada por los excesos. La fotografía es colorista en grado superlativo, y la iluminación no se queda atrás dando como resultado una mayoría de escenas donde es difícil encontrar alguna sombra. Al margen del detalle, esta decisión de la fotografía va en una línea optimísta que acompaña al momento y a los personajes: la pelicula se situa años antes de la gran depresión, y tanto el ambiente descaradamente jovial como los extravagantes festejos en la mansión de Gatsby vienen a reflejar esa frivolidad llevada al extremo. En ese sentido consigue lo que se propone, aunque sea llevado a cabo mediante recursos bastante vulgares.

Argumentalmente es donde los defectos mas importantes salen a la luz. En primer lugar: El personaje de McGuire es un plasta. Lo único que hace en toda la película es sonreir bobaliconamente, escuchar, responder y contar batallitas.  Cuesta  creer que alguien de la talla de Gatsby confiara sus secretos a un tipo tan anodino. Además dicho personaje sale en casi todas las escenas, con lo cual nunca lo perdemos de vista más de dos minutos seguidos. Luego, la manera en la que nos explican el trasfondo de Gatsby: sus orígenes, sus motivaciones… etc. Empieza prometedoramente, pero termina siendo poca cosa para un personaje tan carismático: A pesar de la excelente interpretación de Dicaprio, Gatsby no está en ningun momento a la altura de su leyenda. Por si eso no fuera ya bastante malo: El montaje parece empeñado en introducir varias escenas de relleno, de guión prescindible y  ritmo lamentable, que no hacen si no alargar artificialmente la duración por encima de unas 2h y 15 minutos que no se merecen. El final de la película resulta adecuado, pero lejos de la excelencia.

Conclusión:

No sé hasta que punto los defectos argumentales (los más graves) pueden haber sido heredados de la novela, o introducidos por el director. Pero si que sé que unos espléndidos decorados, huestes de extras, y una fotografía irisiada no bastan para encubrir un guión flojo, un montaje cojo y un desarrollo de personajes que promete para no entregar nada. Como divertimento, si te llama la idea y estás dispuesto a conformarte con lo poco que ofrece, es disfrutable. Para mi es una película fallida, demasiado superflua para calar; y demasiado tediosa y arrítmica para divertir.

Nota:  4/10

Star Trek (VIII): Primer Contacto.

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Para situar en contexto la película de hoy, hay que tener en cuenta un hecho relevante. Si bien su producción data de 1996, la ambientación nos sitúa cronológicamente en «la nueva generación» , lo que significa que comparte personajes, narrativa, estética y concepto general con la serie homónima de 1988.  En la dirección de la cinta se estrena un ya no tan joven Jonathan Frakes, famoso entre el fandom por ser el actor que interpretaba al comandante Riker durante esa linea temporal, papel que alterna con las labores de dirección en esta película.

El argumento, como viene siendo habitual en la saga, parte de premisas muy simples que ganan algo de complejidad a medida que se van desarrollando. En este caso la amenaza que se cierne sobre la galaxia es la de un cubo de asimilación Borg, viejos enemigos de la franquicia, que parecen haber encontrado el modo de enviar invasores al pasado a través de una fisura espaciotemporal. Invasores que amenazarán el futuro intentando asimilar a los terrícolas del pasado, y que a la postre, deberán ser detenidos por la voluntariosa y sufrida tripulación del Enterprise. ¿Tendrán éxito en su empresa?

En cualquier caso, el principal problema de la película será para otros su mayor virtud: Lo anticuado de su planteamiento y estética, lo tibio de su acción y lo ingenuo de su argumento. Esta película es una película de los 80: el esfuerzo para entroncar con la serie original ha sido tal que tenemos un producto absurdamente convencional, con actuaciones circunspectas e incapaces de despertar el interés de nadie que no sea un fan hardcore de la saga y venga con el interés puesto de casa. Todo ello le resta verosimilitud al conjunto y seriedad a la historia: Nadie se cree que en el futuro los habitantes vistan como mendigos hippies,  ni que por muy fuerte que sea golpeada una astronave, en el puente de mando ni se inmuten. Dos ejemplos, entre miles.

Siendo justos, la historia no es ni mejor ni peor de lo que se produce hoy en día, o lo que se producía allá en los 90.  Es el contexto pasado de moda, y la acción casi testimonial lo que hacen que esta película quede por detrás de lo esperable para el espectador medio. Apartado sepultado por un guión carente de chispa, y que en muchas situaciones simplemente está de más. Lo mejor de la película: Los efectos especiales notables para la época, así como la caracterización y actuación de la Reina Borg, cuya calidad supera la media con creces.

Conclusión:

Estamos ante el ejemplo perfecto de película que hace corto en todos sus apartados. Realmente no esta lejos del aprobado, pero en su conjunto es una experiencia demasiado retro, que se ve deslucida desde nuestra perspectiva actual. No es recomendable salvo que tengas muy claro lo que vas a ver, porque entonces te vas a encontrar precisamente eso, y nada más.

Nota:  4/10

Melancolía.

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Se mire como se mire, Lars Von Trier es un director polémico. Adorado pon un sector del público que lo considera un genio visionario creador de un arte capaz de conmover nuestra alma inmortal. Y defenestrado por un sector algo mayor que lo consideramos un director mediocre y trilero, capaz de disfrazar en la excentricidad su falta de talento. El espectador medio lo más probable es que ni siquiera haya oído hablar de el: No podemos obviar que el interfecto fue uno de los creadores del Dogma del 95: Un conjunto de reglas y convenciones destinados a crear un estilo propio dentro del cine independiente. Hay quien opina que en pro de la experimentación y el ensayo cinematográfico. Personalmente me parece más plausible como subterfugio, una vez más, del talento del que carece. En cualquier caso, independientemente de mi apatía manifiesta hacia el director, intentaré ceñirme a los aspectos más técnicos y ser justo en el análisis.

El argumento es sencillo: Melancolía es un planeta errante que está atravesando nuestro sistema solar. Con tan mala fortuna que lo hará en rumbo de colisión con la tierra, lo cual afectará a los personajes y a sus relaciones ante una muerte inminente. La idea es buena, y el enfoque no es malo en absoluto. De entre los personajes, la que tiene más peso narrativo e interpretativo es Justine (Kirsten Dunst), la protagonista que acaba de casarse y está a punto de llegar al banquete donde le esperan sus invitados.  Es a través de su perspectiva como nos será narrada la mayor parte de la película. Tratándose de una cinta de arte y ensayo, está claro que más allá del sencillo argumento tiene que tenel una lectura conceptual gobal. En este caso, el mensaje que transmite queda claro casi desde el primer minuto: Los personajes representan a todo el género humano,  siéndonos presentados en un ambiente aislado, como si fueran los únicos habitantes del mundo. Dichos personajes se revelan como seres frívolos, egoístas y mezquinos; en un ambiente lujoso y decadente.

A nivel técnico no está mal, aunque dista mucho de ser un referente. Los encuadres son adecuados, y algunos poseen notable fuerza y valor artístico. La mayoría no obstante, oscilan entre lo convencional y lo arbitrario. Las mejores tomas son sin duda con las que abre la película. Bastante abstractas y no del gusto de todos, pero bien realizadas y con un acabado sólido. Lamentablemente las ocasiones en que se alcanza tal nivel, se pueden contar con los dedos de una mano durante el resto de película. El guión peca de simple y de trivial, a la medida de unos personajes mal caracterizados e irregularmente interpretados que no llegan a convencer salvo en contadas ocasiones. Y este problema invade también la trama, porque aunque el concepto podría haber sido interesante lo plasman de una manera que aburre hasta a las piedras. «No me creo a los personajes» y «No me interesa lo que me cuentan» fueron los dos pensamientos claves que poblaron mi mente desde los 10 primeros minutos hasta los créditos del final. Y eso en una película que se vende como sorprendente y cautivadora, lo dice todo.

Conclusión:

Pese a algunos aciertos técnicos y estéticos, el grueso de la película tarda poco más de 5 minutos en desplomarse. Los problemas: múltiples. Un argumento guiado por el tedio que transmite un mensaje bien escogido, pero que no da para llenar un largometraje y cae en redundancias e hiatos innecesarios. Unos personajes psicológicamente falsos. Por no hablar de incontables escenas insípidas que pululan a lo largo de un montaje incapaz de revitalizar el conjunto. Quizás como cortometraje habría sido genial, ya que muchas escenas se podrían narrar en unos pocos segundos mediante metáforas visuales, y ello permitiría contar lo mismo en menos tiempo ganando intensidad y sin lastres argumentales. Pero no es un corto, y como película deja mucho que desear. Le sugiero al señor Von Trier que se mire al espejo: con suerte comprobará que no es el mesías dorado que cree ser, y quizás (solo quizás) deje las cámaras y se dedique a actividades más dignas y productivas, como la pesca del percebe.

Nota: 4/10

La Teniente O’Neil (G.I. Jane)

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La película narra la improbable historia de la teniente Jane O’Neil, y de como pasa de oficial comisionada en Inteligencia Naval a ser la primera candidata mujer para ingresar en los Navy Seals, probablemente la unidad de fuerzas especiales más endurecida del mundo. A través de las vivencias de la propia teniente en el campo de entrenamiento, y con ocasionales vistazos a los intereses políticos que subyacen tras este simbólico hecho, seremos testigos de todo el proceso que gira alrededor de la joven oficial.

Aunque es evidente que estamos ante una cinta de acción. Lo cierto es que cualquier esperanza de complejidad narrativa, o enfoque artístico se disipa a los pocos minutos de una pelicula que más que sobria es austera, más militar que su protagonista. Como cabría esperar de dicho enfoque, el ritmo se mantiene a piñón fijo durante todo el metraje, mostrando una acción moderada salvo por un par de momentos de mayor intensidad. lo cual mezclado con un guión algo pobre y unos personajes bastante planos hace que mantener el interés en todo momento sea complicado.

A nivel técnico tenemos un rodaje muy convencional, funcional y no demasiado inspirado, pero solvente: Es quizás este sencillo abordaje el que fomenta que la acción aparezca algo deslucida. Pese a que hemos hablado de personajes planos, justo es decir que las interpretaciones son más que correctas. Especialmente la de la protagonista (Demi Moore), que no solo resulta convincente, si no que además la caracteriza con gran naturalidad.

No puedo terminar este análisis sin analizar lo que, a mi juicio es el mayor error de todos, y es la absoluta y sistemática falta de originalidad que se halla omnipresente durante todo el metraje. Sin entrar en grandes artificios, uno puede contar la misma historia sin caer en una concatenación de clichés y tópicos. O sin presentar a una protagonista tan estereotipada que a fuerza de voluntad está generando espontáneamente un cromosoma Y. Por no hablar de un patrioterismo americano del cutre, que aunque solo se hace evidente en momentos concretos, impregna todos los demás.

Conclusión:

Justo es convenir que no estamos ante el argumento del siglo. No podemos criticar falta de ambición en una producción que tiene una metas de acción tan claras, sin embargo si podemos criticar que no se haga bien, o no todo lo bien que podría haberse hecho. Tal como está la película entretiene, si. Pero es demasiado convencional: Tópica y predecible. Sorprende sobre todo conocer que quien está tras la cámara no es otro que Ridley Scott. Director que ya ha demostrado su talento antes, pero en mejores ocasiones.

Nota: 4/10

Chatroom. (Dance, puppets, dance…)

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Los peligros de la red de redes y las consecuencias de utilizar el poder de las nuevas tecnologías para mal es una idea poderosa que ha inspirado no pocas películas. Incluso todos nosotros recordamos como eran los albores de internet, esa especie de desconfianza propia del explorador que se adentra en selva virgen, desconfianza que nos hacía ver a los desconocidos como seres peligrosos, e incluso como criminales consumados. Pese a la ingenuidad de intentar encuadrar la realidad en generalizaciones, lo cierto es que hoy en día se da la tendencia contraria: Las redes sociales en muchos de sus usuarios son auténticos escaparates de su (habitualmente lamentable) vida social, perfiles donde los desconocidos son invitados a entrar mediante el simplísimo expediente de un click de ratón.

The Chatroom narra las experiencias de un grupo de adolescentes británicos que se conocen fortuitamente en internet y adquieren el hábito de reunirse en una sala de chat con cierta regularidad. Pero no todo serán risas, felicidad y algodón de caramelo. El creador de la sala de chat, no es lo que parece ser: Bajo la imagen de un joven carismático y brillante se oculta en realidad un ser que alberga una gran frustración y resentimiento hacia el mundo. Un auténtico encantador de serpientes capaz de manipular a cualquiera y ávido de hacerlo. El resto de miembros del grupo con los problemas propios de la edad serán los cobayas perfectos para sus propósitos.

Y pese a que hasta aquí la propuesta suene tentadora, lo cierto es que en la práctica hace aguas por todas partes. Técnicamente tenemos una película de contrastes. A nivel visual se nota cuidada al extremo: Destacando una fotografía de colores muy vivos que crean unos contrastes muy poderosos en combinación con una iluminación muy trabajada. La película emplea muchas metáforas visuales, y el enfoque que se le ha dado al montaje y a los planos de rodaje es muy independiente. Podemos afirmar que estamos antes una película de arte y ensayo en la cual la forma se antepone en importancia al fondo en todo momento. A nivel sonoro tenemos una BSO poco coherente en conjunto, pero que prefiere suscitar emociones concretas a acompañar la acción, muy en la línea «de autor».

A nivel argumental es donde la película comete varios errores graves. En primer lugar el curso de los acontecimientos es ilógico. Aunque quizás sea en parte por el tipo de montaje (bastante dinámico), resulta en que las reacciones de los personajes respecto a los acontecimientos sean poco realistas y queden excesivamente artificiales: Se conocen y en 5 minutos ya son como amigos de toda la vida, por ejemplo. Esa falta de realismo social, si lo podemos llamar así chirría durante tida la película y se ve agravado por unas actuaciones irregulares. Y es que las actuaciones varían en calidad dentro de los mismos personajes: Tienes un personaje X que hace una escena tan bien que resulta hasta creible, y dentro de 5 minutos en otra escena distinta sobreactua de forma horrenda, o por contra parece que no se tome en serio a su personaje. Esas montañas rusas emocionales pueden ser culpa de una mala dirección y le restan credibilidad al film escena tras escena. El guión también resulta bastante forzado y sigue en la misma línea ilógica que el resto del apartado.

Conclusión:

Tenemos una película con un evidente enfoque artístico. Muy conceptual y técnica y artísticamente cuidada. Pero vacía de contenido, psicológicamente falsa, socialmente inverosímil, y chapuceramente dirigida. El resultado puede merecer la pena si eres consciente de que a nivel argumental malogra todo lo bueno que pudiera ofrecer de haber sido planteada de otro modo, y solo se centra en la puesta en escena. Es una película independiente que se centra tanto en las formas que se olvida por completo del fondo.

Nota: 4

FFVII: Advent Children (AKA: el videoclip más largo de la historia)

Advent Children no es el primer intento de trasladar parte del universo Final Fantasy a la gran pantalla. Previamente en tiempos de Squaresoft, ya se intentó con La Fuerza Interior, con catastrófico resultado: 130 millones de $ en producción, que ni siquiera llegaron a recuperarse en las taquillas. Un fiasco monumental que arrastró a la empresa al borde de la bancarrota. ¿Aprendieron la lección? En ese tiempo podríamos decir que han aprendido a hacer dinero, pero no a hacer películas.

Los hechos narrados en la película tienen lugar 2 años después del final del juego original. Es la era post-Shinra: una sociedad deprimida, en plena recesión económica (?)  y azotada por una extraña epidemia llamada geostigma, y que no parece tener cura. La película nos sitúa en la perspectiva de un Cloud afecto de dicha enfermedad, que ahora se gana la vida como mensajero (es lo que tiene la paz para los mercenarios, y el mercado laboral no da para más…). Sin embargo esa tranquilidad se verá amenazada por la aparición de extraños individuos que afirman ser hijos de JENOVA, el horror alienígena que ya aparecía en el juego original. Individuos que tienen un inquietante plan…

Y a partir de ese punto es donde la película pierde los papeles. El escaso argumento que podría haber surgido de ese trasfondo, termina malogrado en manos de una dirección absurda (batallas sin ton ni son everywhere), una planificacion errática (la mitad de las escenas de la película sobran), y un guión infame. Puedo entender que no siendo una secuela directa se tomen ciertas libertades con la historia, e incluso que juegen con la nostalgia para venderla, pero eso no es excusa para hacer las cosas tan mal. Los diálogos oscilan por momentos entre lo rematadamente cursi, lo insoportablemente emo, y una filosofía barata (pero que muy barata) propia de los que sueltan frases que se suponen profundas y cuya profundidad real es nula.  El señor Kazushige Nojima, al que hay que reconocerle el valor de haber firmado semejante guión, debería ser juzgado por crímenes contra la humanidad.

¿Hay algo que haga bien la película? Si, aunque no demasiado. A nivel visual la animación 3DCGI mantiene los estándares de calidad a los que Square-Enix nos tiene acostumbrados. Tampoco es tan high-end como nos quieren hacer creer (Las animaciones faciales de La Fuerza Interior estaban mucho mejor logradas, por ejemplo), pero luce bien y contribuye a una ambientación bastante convincente, además de los efectos espectaculares que muestran en no pocas ocasiones. La música es sin duda otro tanto a favor: De la mano del maestro Uematsu, sigue la línea de la saga, con arranges de melodías clásicas que no podrían faltar, pero a la vez tiene personalidad propia. Por último: durante las batallas es cuando la dirección mejora bastante, la acción de la película está bastante bien planificada.

Conclusión:

Advent Children como película es un fracaso. Narra una historia inconsistente que no llega a interesar, comete errores graves de fondo y de forma cuando intenta desarrollarla, y a los que no estén deslumbrados por la acción les quedará la percepción de que el argumento no es más que una mera excusa para encadenar batallas una detrás de otra: Porque es lo que es. Es lamentable que hayan obviado un trasfondo tan rico como el de FFVII y hayan construido Advent Children con ingredientes tan pobres. Sin embargo, si eres fan de la saga y la ves con mentalidad de videoclip (Esto es: Ignorar la historia, centrarse en las imágenes y la música) puede llegar a gustarte.

Nota:  4/10