Personajes con Historia (I): La Señora Fletcher

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Jessica Fletcher es una afable y extrovertida anciana cuya principal ocupación es la de escribir novelas policiacas, campo en el que ha alcanzado una notable fama y reconocimiento. Residente en Maine (USA) , la simpática escritora no para mucho por casa: cuando no esta de viaje visitando a uno de sus miles de sobrinos o amigos, lo está buscando inspiración para sus novelas, o ejerciendo de detective amateur de forma totalmente improvisada… y es que la pobre señora es una especie de heraldo de la muerte: Allá donde va se cierne sobre ellos un asesinato. Tanto da que sea una cabaña aislada en plenas montañas rocosas como un crucero caribeño atestado, el mal fario nunca deja de perseguirla. Y ya puestos en harina… ¿Qué menos que aportar su amplia experiencia para ayudar a esclarecer los hechos?

O eso es lo que ella quiere que pensemos… En realidad tras esa fachada de anciana entrañable e inofesiva se oculta una de las peores asesinas en serie de la historia. Con mas de 200 victimas confirmadas en 30 estados (y al menos una docena en el extranjero), Jessica Fletcher no es si no una psicópata calculadora y sanguinaria, una maestra de la manipulación capaz de jugar con la policia durante años sin despertar ni la mas leve sospecha. ¿No me creeis? Pues estoy dispuesto a demostrarlo.

Razonémoslo en términos estadísticos. ¿Qué probabilidad hay de que una señora mayor estadounidense cualquiera se tope con un asesinato, cada semana, en su entorno, fruto de la casualidad? Casi nula. Démosle la vuelta: ¿Qué tienen en comun todos esos crímenes? La presencia de Jessica Fletcher.

Otro aspecto altamente sugestivo es que, independientemente de las circunstancias, la señora Fletcher siempre tiene mas datos sobre el crimen que nadie. Vale, será muy observadora y experta en deducción… ¿Pero cómo puede ser que siempre vaya dos pasos por delante, a veces incluso del supuesto culpable?¿quién si no el autor material podría tener semejante cantidad de información en el 100% de los casos?

Además posee una gran habilidad para crear distracciones. Durante el transcurso de los casos siempre se las arregla para desplazar las sospechas de unas personas a otras. Un claro signo de lo meticulosa que es nuestra asesina: pese a no dejar huellas, se asegura de desorientar aún más a los investigadores mediante pistas falsas. Bailad títeres, bailad…

Pero un momento… ¿Cómo es posible que otras personas terminen confesando los crímenes? Este blog se puso en contacto con el Dr. Hermann Zweikartoffen, miembro destacado de la escuela psicoanalítica vienesa, quien nos confirmo que Jessica Fletcher cursó estudios allí entre 1920 y 1925 especializándose en técnicas de sugestión e hipnosis. A la luz de los nuevos datos, no es descabellado postular que la astuta viejecita se servía de sus habilidades para inducir estados hipnóticos a inocentes, y fabricar así confesiones en las que poder cimentar sus acusaciones. Lo cual apunta de nuevo en la dirección de que a la Sra. Fletcher no gusta de dejar cabos sueltos.

Por si aún quedaban dudas… ¿Quién sería tan imbécil de cometer un asesinato estando cerca la famosa escritora y detective? ¿Alguien se traga que todos los asesinos tengan tan pocas luces? ¿Por qué no esperar un par de días a que se marche antes de perpetrarlo? No tiene ningún sentido.

Espero haber aportado suficientes argumentos para desenmascarar a esa depredadora insaciable que tan bien se ha valido del subterfugio y la mentira para crear un personaje socialmente carismático y a la vez impermeable a la sospecha. ¿Cuando empezó la Sra. Fletcher a matar? Sabemos que es viuda y que su difunto marido murió en extrañas circunstancias, pero es muy difícil determinar si se trata o no se su primera víctima. En cualquier caso queda ya claro que estamos ante una de las mentes criminales más capaces de nuestro tiempo.

Justin Bieber: Nunca Digas Nunca

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El siguiente análisis es una inocentada correspondiente al 28-12-2013. Se mantendrá el contenido original íntegro pero se retirarán las categorías.

Hace poco más de dos años que llegó a la gran pantalla esta película documental sobre la vida de Justin Bieber. Todos nos preguntamos, naturalmente, qué interés puede tener hacer una biografía de alguien que apenas ha dado sus primeros pasos. No me imaginaba lo equivocado que estaba.

Jon Chu se pone detrás de la cámara para contarnos la historia de este fenómeno de masas. Versado como es en la filosofía existencial, concibe la película como una metáfora del recorrido por las diferentes etapas de la vida hasta la meta final de todo ser racional. El director, se arriesga aquí identificando este objetivo trascendental con el concierto en Madison Square Garden, que en la cultura musical tradicionalmente se identifica como el éxito por antonomasia. No será un camino fácil, como tampoco lo es la vida, plagado de baches y dificultades que nos recuerdan que incluso las grandes estrellas son humanos y pueden caer como un árbol en mitad de la tormenta. Como contrapunto ante semejante exposición filosófica, y considerando con acierto que el público objetivo es el juvenil, la obra está sazonada con los inicios del cantante y sus grandes éxitos.

Pero no nos engañemos, no es Jon Chu ni su deliciosa disquisición filosófica a quien vamos a ver. Justin acapara merecidamente el 95% de la atención de toda la película y aún me parece poca dada la profundidad y la fuerza de carácter de este chico. Desde el principio se nos presenta a un joven sencillo, que quiere ser un chico normal a pesar de sus extraordinarias habilidades. Y es que desde que era un niño demostró su talento en toda actividad que emprendía, ya fuese haciendo sus pinitos en el campo de la física analítica con apenas 5 años o tocando toda suerte de instrumentos sin que nadie le enseñara. Hay que estar agradecidos por toda esa música que ha legado, aunque a veces uno no puede sino lamentar el científico que ha perdido la humanidad.

Conclusión:

Soy consciente de que para todos los que le hayáis quedado cantar me he quedado corto en elogios y alabanzas pero he querido poner mi granito de arena desde una posición objetiva y neutral. No por nada Rolling Stones calificó a Justin como la gran promesa de nuestra generación y que no tardaría en eclipsar a leyendas como los Beatles o Michael Jackson, como efectivamente así ha sido. Espero que esta crítica haya sido un sencillo aunque sentido homenaje ante esta estrella que tan pronto se nos va. Si le hurtó la máxima calificación, es porque aun siendo maravillosa considero que no le dedica suficiente atención a Justin y si a sus ayudantes con conjuntivitis.

Nota: 9/10