Ghost in the Shell 2: Innocence.

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Hoy le echamos el guante a Innocence,  secuela indirecta de la Ghost in the Shell original que ya analizamos en este mismo blog. Producida en el 2004: diez años después de la película original y un año después que la no menos laureada serie de anime. La franquicia nos demuestra que no está dispuesta a estancarse con otra magnífica pieza de cine de animación.

En esta ocasión la protagonista habitual de la saga, la Mayor Kusanagi, se encuentra en paradero desconocido. Será otro de los miembros de la Sección 9, Batou, quien toma el papel principal durante una investigación conducida por dicha unidad. Su objetivo: desentrañar las causas de unos misteriosos asesinatos perpetrados por robots de compañía. Como ya es tradición en el mundo de Ghost in the Shell, tras una argumento sencillo se ocultan profundas reflexiones e implicaciones filosóficas que van plegándose alrededor del mismo como las capas de una cebolla

Empezemos por el que considero objetivamente como único apartado negativo: No es tan original como la primera película. La razón es de sentido común, pues muchos de los temas que trata ya habián sido abordados previamente en su precuela, o en la serie. A nivel de argumento se percibe como menos perfecta, quizás por ser más predecible.

Técnicamente nos hallamos ante un tipo de animación perfectamente actual, tanto en personajes como en fondos. Pese a tener 9 años a sus espaldas la calidad y el detalle que destila el apartado le permiten destacar aún a día de hoy, y a pesar de toda la competencia que ha surgido en el sector de la pirotécnia.  A nivel artístico, la película da un paso más lejos respecto a la original: No se conforma con la ciencia ficción convencional, y la ambientación se acerca más a lo etnográfico y lo abstracto. Esos elementos le otorgan una singular atmósfera, capaz de reinventar visualmente la saga permaneciendo fiel a ella. La música de Kenji Kawai vuelve a sus orígenes con temas que recuerdan a su obra previa.

Si analizamos el guión, nos encontramos con que es nulamente funcional. En la práctica, se haya monopolizado por reflexiones filosóficas y metáforas. Las cuales son la mayor parte de las veces acertadas, pero no evitan transmitir cierta sensación de búsqueda de trascendencia, que sería criticable de no ser porque sabe encontrarla. Como curiosidad: diría que una de las mayores influencias de las que se nutre el guión es la obra de Isaac Asimov, que muestra algunas similitudes en varios de los enfoques que presenta la película.

Conclusión:

Podríamos copiar la conclusión del análisis de la primera GitS, y no dejaría de ser cierto. Si bien esta película pierde parte del factor de impacto al repetir concepto argumental, esto se compensa con un planteamiento estético más transgresor, que supone la base de un apartado visual al que es dificil poner pega alguna. Presentado todo ello a un ritmo calmado y bien establecido, con sumo cuidado por el detalle, resultan en un producto que es por méritos propios, un referente del del cine de animación. Imprescindible.

Nota:  8/10

El Rey León (Músical)

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Aunque lo habitual en este blog es analizar películas o series, en esta ocasión me gustaría centrar la atención en otra suerte de entretenimiento, si bien es cierto que, conceptualmente, no se aleja demasiado de su referente en el cine.

La obra, cuyo argumento es idéntico al de su película homónima, se estructura en dos actos. La primera parte es introductoria, y de un ritmo relajado. De la mano del joven Simba, nos introduce en los coloridos escenarios y emulaciones de los selváticos animales. La segunda parte, con Simba ya crecido, está más estrechamente relacionado con el sencillo argumento.

A medio camino entre obra de teatro y musical, El Rey León se articula como una obra donde las escenas teatrales se alternan con escenas musicales con ocasionales coreografías. Destacan poderosamente las atractivas canciones, fenomenalmente interpretadas y escenificadas, aunque no debemos dejar que el conjunto nos ciegue, pues algunas letras están poco desarrolladas. La parte más teatral del espectáculo sirve como conductor de las continuas tonadas, y destaca especialmente por lo llamativo de los vestuarios y escenografía. Rompiendo con la tónica, las coreografías me parecieron un tanto decepcionantes y más bien mediocres, algo que ni los disfraces pudieron ocultar.

La escenografía resulta fundamental a la hora de ambientar adecuadamente la obra. Mucho más limitado que el cine en este aspecto, se consigue gracias a una cuidada elección cromática y el uso inteligente de las luces. Los disfraces son la guinda que consigue una impecable puesta en escena.

Si nos referimos a los actores, los resultados son desiguales. Por un lado tenemos al joven simba (no referiré nombre pues desconozco cual de los múltiples actores que interpretan ese papel daba vida al personaje) cuya actuación fue excepcional y superó con mucho todas mis expectativas. Dignos de mención son también Sergi Albert que encarna al antagonista, y en menor medida David Comrie que da vida al padre de Simba. Pero son las tres hienas las que merecen ser el foco de todos los elogios, con unas actuaciones magistrales; y de entre ellas, aún destacaría a Damaris Martinez.

Más floja es la actuación del Simba adulto, que no esta a la altura de su contrapartida infantil. Las leonas, que vendrían a ser la contraposición de las hienas, resultaron frías y distantes. Simba, uno de mis personajes favoritos cuando vi la película hace muchos años, me pareció bastante insípido, aunque por las risas del auditorio, debí ser el único al que se lo pareció.

Conclusión:

Tanto si te gusta el teatro como si no, es una obra imprescindible de ver. Muy ligera en las formas, que no en el tiempo, sobran los detalles con los que poder deleitarse. Las numerosas prorrogas que se le han concedido atestiguan la conveniencia de asistir. Lo peor:  la nefasta interpretación de la chaman.

Nota: 8/10

Mysterious Skin

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El análisis que hoy nos ocupa es particularmente complejo. Y es que Mysterious Skin, adaptación de una novela de mismo nombre, no solo nos hallamos ante un trabajo conceptual que requiere un cierto esfuerzo de abstracción. La temática en que se basa la película dificilmente podría ser más polémica: Los abusos sexuales y sus consecuencias. Por si eso no resultara ya suficiente, añade niños, jóvenes, sufrimiento existencial, y relaciones homosexuales, y tienes una propuesta atípica a más no poder.

El argumento se centra en dos protagonistas, antiguos compañeros del equipo de beisbol en la infancia, hoy desconocidos. El primero, Brian: universitario que cree haber sido abducido por un OVNI cuando tenía 8 años. Y Neil, nihilista y autodestructivo, que se gana la vida como chapero. Ambos arrastran traumas del pasado, y realmente no hay mucho más que comentar sin adentrarse en territorio de spoilers.

Visualmente predomina una fotografía de grises, muy acorde con el momento en que se basa la película (finales de los 80),  que sin llegar a destacar demasiado, si que revela un pulso firme tras las cámaras. Los encuadres parecen concentrarse en los personajes, presentando gran cantidad de primeros planos y planos subjetivos para implicar al espectador en lo que sucede. La banda sonora es otro tanto a favor: aporta un toque ambiental y misterioso que va mucho con el ritmo lento del montaje.

Argumentalmente es donde más sangre podemos hacer. Siendo justos, la historia central es muy pobre, y el contenido viene dado no tanto por lo que nos dicen, si no por lo que presenciamos. A la poca profundidad narrativa añadimos unos personajes bien interpretados pero lastrados por una mala caracterización y una emotividad previsible en ocasiones, e irreal en otras. Añado además que se hace particularmente lenta al dar la sensación de que repite ideas sin avanzar.

Hay que advertir que estamos ante una película desagradable, y muy difícil de ver. No porque sea demasiado explícita, o violenta. Pero tampoco se anda con remilgos, y si está rodada de forma muy asfixiante y sugestiva, conteniendo escenas de gran crudeza que pondrán a prueba nuestro aguante. Desde las sutiles y espeluznantes escenas de los abusos, hasta las de sexo del protagonista y sus clientes. La película sabe jugar con esos elementos y crear una combinación perturbadora.

Conclusión:

Como producto de entretenimiento es deficiente: llega a aburrir en varias ocasiones y en ningún momento sorprende (positivamente) al espectador.  Ahora bien, como experiencia audiovisual resulta un retrato detallado del vacío existencial de los protagonistas. Probablemente el mensaje más poderoso que contiene es que no podemos huir de nuestro pasado, porque ese pasado nos hace quienes somos. Es por eso que no me arrepiento de haber visto esta película: Es precisamente el hecho de contar una historia diferente que aporta algo nuevo lo que me permite ser indulgente con sus errores.

Nota:  5/10

Plaza de España

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Las cadenas de TV españolas producen cantidades industriales de basura año tras año. Es por eso que resulta francamente difícil, e incluso sorprendente, encontrar algo que merezca la pena en semejante escombrera. la serie que hoy nos ocupa no parte de la idea más original del mundo, pero si que sabe darle una vuelta de tuerca  para resultar simpática, y a la postre, merecedora de nuestra atención.

1936. Pocos meses después del incicio de la Guerra Civil Española, un regimiento del ejercito sublevado toma el control de Peñaseca, un pueblo castellano cualquiera. Y hasta aquí dura la seriedad de la premisa, pues el marqués que ejercía como terrateniente en dicha localidad, murió unas semanas antes del susto y los aldeanos aprovecharon el vacío de poder para comenzar a vivir sin necesidad de trabajar (costumbre castiza donde las haya). Conocedores de la llegada de las tropas nacionales, los pueblerinos deberán improvisar una coartada que convenzca a los militares de cara a salvar el pellejo. ¿Como terminará semejante olla de grillos?

Hay que remarcar el objetivo de esta comedia. Y es que con unos capítulos de tan solo 20 minutos y unas tramas sencillas pero variadas, esta claro que tiene una metas humildes que cumple sobradamente. A nivel de actores, reune a algunos de los mejores secundarios del cine español (Si, por contradictorio que suene eso), a los que hay que reconocerles una más que aceptable vis cómica. El guión pocas veces llega a deslumbrar, pero si se nota bastante pulido, y más para los estándares de este país.

Aunque sin duda su mayor mérito es la manera en que satiriza un periodo tan oscuro de nuestra historia, mediante la representación hiperbólica y estereotípica de unos personajes que viven instalados en el absurdo.

Conclusión:

No estamos ante una comedia para reirse a carcajadas, pero si estamos ante una idea simpática y bien ejecutada. Con unos personajes caricaturescos y bien explotados. Predominando en todo momento un refinado humor negro, heredero directo de Gila o de Berlanga, con un toque un poco más desenfadado y ocasionales matices chanantes. Hacen de esta una serie perfecta para entretenerte durante 20 minutos sin tener que pensar demasiado, siempre que te llame la propuesta.

Nota:  3/5

Tropa de Élite 2

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Considerando el apabullante éxito de la primera entrega de Tropa de Élite, resulta inexplicable la imperceptible atención que despertó esta segunda parte, y la dificultad para encontrar esta película.

El capitán Nascimento es ahora teniente coronel del BOPE. Tras una polémica intervención en un motín de una cárcel, es ascendido a subsecretario de Seguridad quedando a cargo de las escuchas del Rio de Janeiro. Desde su nuevo puesto refuerza la policía militar convirtiéndola en una poderosa fuerza militar con la que planea derrumbar el sistema establecido y eliminar la corrupción de la policía. Sin embargo, no es consciente de hasta donde llega la corrupción en el Estado.

Esta nueva entrega sigue la misma línea que la anterior, aunque desde una nueva perspectiva. El conflicto social entre la policía y las clases desfavorecidas es retratado entre el enfrentamiento del coronel Nascimento y el izquierdista Diogo Fraga; mientras el tema central de la película, la corrupción, adquiere un nuevo enfoque abarcando todo el aparato del Estado. Argumentalmente es más compleja que su predecesora, y como consecuencia directa, la acción es menor, aunque sigue habiendo operaciones y tiroteos.

La mayoría de los actores repiten cártel. Wagner Moura, el protagonista, monopoliza la atención con una interpretación que no se desvía un milímetro de la idea que teníamos del ahora coronel.

Conclusión:

Sin ser tan impactante como la primera entrega, estamos ante una secuela bien realizada. En lugar de recrearse en el mismo escenario, el director Padihla explora otras realidades. Consigue un equilibrio entre una trama argumental más evolucionada con la política como escenario principal, pero sin renunciar a la accion que le encumbro a la fama mundial.

Nota: 7

Lost in Translation

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Sofía Coppola (de los Coppola de toda la vida) es la encargada de traernos esta original propuesta que hoy desglosamos. La película nos hace partícipes de las impresiones que experimentan los protagonistas: Bob Harris (Bill Murray) y Charlotte (Scarlett Johansson). El primero, una vieja gloria hollywoodiense que se gana la vida como imagen publicitaria de una marca de Wiskey. La segunda, una estudiante de Yale recién graduada que acompaña a su novio en viaje de trabajo. Ambos desconocidos, en el extranjero, alojados en el mismo hotel y en plena crisis existencial, llegarán a empatizar entre sí como no podrían haber imaginado. Y todo esto con Tokyo, no como telón de fondo, si no como tercer protagonista.

En el apartado técnico tenemos un trabajo excelente en cuanto a fotografía y ambientación lograda, con un inteligente uso de la iluminación capaz de transmitir pesimismo en forma de cielos nublados y luces blandas. Pocas películas hay que sepan captar de forma tan genuina el espíritu de una urbe como Tokyo: Si bien es cierto que la ciudad da para mucho más de lo que refleja la película, estamos ante un retrato fidedigno compuesto a base de firmes pinceladas de dirección.  El montaje  sin llegar a ser absorbente, no pierde fuelle y logar mantener un ritmo lento pero constante. El apartado sonoro merece una mención especial, y es precisamente por su práctica ausencia de BSO: Los silencios son un recurso constante en esta película  y se hallan perfectamente gestionados. Silencios maravillosos que hipnotizan, que evocan, que sugieren.

En cuanto a narrativa e historia, tiene metas bastante sencillas que cumple sobradamente. El trasfondo de los personajes nos es narrado con mínimo detalle, centrándose la película en la interacción entre estos. El guión  alcanza un nivel notable, está escrito con ingenio y aprovechando muchas de las situaciones derivables del choque cultural. Mucho más cerca de una ironía lacónica que del drama, el perfil del guión se mantiene en un tibio termino medio que plasma a la perfección el desencanto de los personajes con su entorno. Las actuaciones están a la altura de las circunstancias: Tanto Bill Murray como Scarlett Johansson están insuperables. A parte, debo comentar que aunque pueda parecer que toman algunos de los elementos más pintorescos de la cultura japonesa, e incluso exageren situaciones para conseguir mayor impacto,  esta película está hecha desde el profundo conocimiento de la sociedad japonesa.  No es un publireportaje de La Sexta que pretenda ridiculizar a nadie, el respeto está ahí y eso se nota.

Conclusión:

Elocuente y original fábula sobre el aislamiento, el desencanto y las barreras culturales. Esta película demuestra la importancia de mantener la ilusión por lo que hacemos, y lo hace mediante una historia sencilla que si adolece de algo es de sencillez. Construida sobre una fotografía capaz de descubrir y relatar la poesía de Tokyo, asegurada por un buen guión y cortejada por unos monumentales silencios que nos invitan a concentrarnos en las imágenes. Estamos sin duda ante una película tan original como recomendable, no sin advertir la importancia que tiene dejarse llevar por su calmado planteamiento.

Nota: 8/10

Tokyo Godfathers

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(Este crítica estaba planificada para el 24 de agosto pero tuvo que ser pospuesta por algunos imprevistos)

Hoy analizamos una de las obras más conocidas de Satoshi Kon. Tokyo Godfathers es sin duda una propuesta audaz, tanto por la cantidad de tabues que trata, como la naturalidad y la originalidad con que lo hace. Narra la historia de 3 vagabundos (Un alcohólico, un travesti, y una adolescente fugada de casa)  quienes encuentran un bebé en la calle en plena navidad. Decididos a encontrar a sus padres para devolvérselo, deberán superar todo tipo de trabas a lo largo de su jornada. Un momento… ¿Seguro que no es Almodóvar quien dirige esta película? Tranquilidad, porque en la sinopsis termina cualquier tipo de parecido.

Visualmente, tenemos un tipo de animación que huye de toda pirotécnica innecesaria, pero que si está caracterizada por un diseño de personajes muy expresivo, así como unos fondos trabajados y ricos en detalles. La banda sonora pasa desapercibida la mayor parte del tiempo, lo cual suponemos que es intencionado para el tipo de ambientación. El montaje es más que adecuado, intercalando las breves escenas en que se divide la película de forma dinámica y capaz de mantener la atención debida casi en todo momento.

Argumentalmente hay que aclarar primero que, la trama descrita en la sinopsis es una mera excusa, y no es ni mucho menos el epicentro de la película. El interés argumental se halla en realidad en las docenas de pequeñas historias que presencian los protagonistas en su viaje a través de la navidad tokyota. Historias que van entretejiéndose y cruzándose entre si hasta conformar un tapiz sencillo en ingredientes y complejo en estructura.  También hay que aclarar que aunque la película sea un drama, evita los excesos directos, y muchas situaciones son abordadas desde un ácido sentido del humor: la mordacidad de sus personajes desmitifca muchas de las situaciones que presenta, aportando nuevas perspectivas. Sin duda uno de los mayores actractivos que presenta la película es la originalidad de su planteamiento y ejecución, valentía que hay que reconocerle al director: No es facil hacerlo, y menos aún hacerlo bien.

No es oro todo lo que reluce. Como contrapunto a sus bondades podemos señalar que en ocasiones los personajes no actuan de forma realista, o que tenga sus momentos cursis, o que sus componentes resultan demasiado simples si los analizamos por separado. O que en ningun momento llega a sorprender tanto como cabría esperar. Si, todo ello es achacable, y es lo que la privan de una mayor nota.

Debo confesar que este no es en absoluto mi tipo de historia, y a pesar de ello no me arrepiento de haberla visto. Quizás si me decepcionó un poco al carecer de la profundidad de otras obras del director que tienen un planteamiento más maduro que la aqui descrita. También es mucho más concreta, carece de las excursiones oníricas , simbolismos y abstracciones psicológicas que caracterizan el estilo del director, y que aquí apenas se dejan ver en un par de sutiles pinceladas.

Conclusión:

Gusten o no sus películas, lo que nadie puede negar es que Satoshi Kon poseía una sensibilidad especial, que le otorgaba una visión de la realidad genuina e irrepetible. En un cruel revés del destino, su prematura muerte hace ya tres años nos privó de esa perspectiva para siempre. Aún así, sus obras vivirán eternamente en la conciencia colectiva, y serán el mejor testamento vital de un creativo cuyo paso por la industria fue breve, pero más que suficiente para crear un estilo propio capaz de integrar calidad, originalidad y audacia. No muchos pueden decir lo mismo. Domo arigatou gozaimashita, sensei.

Nota: 7/10

Kenshin, el Guerrero Samurái

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Durante Restauración Meiji, un joven espadachín de tan solo catorce años se une a la contienda. Bajo el pseudónimo de Battousai el Carnicero, se convierte en un legendario asesino al servicio del emperador. Tras la guerra, retoma su nombre Kenshin Himura y hace juramento de no volver a matar. Con su famosa espada de filo invertido, que es incapaz de matar, recorre el país como un vagabundo defendiendo a los pobres. Vagabundeando recala en Tokio, donde un extraño samurái que se hace pasar por Battousai está aterrorizando a la ciudad y a su incompetente policía. Allí conocerá a unos peculiares amigos comprometidos en proteger al débil.

Debo confesar un cierto, bueno, gran recelo inicial a una adaptación de anime con actores, el resultado no podía ser más satisfactorio. Y ello a pesar de que la caracterización de los personajes es milimétricamente copiada a la del anime, por patético que resulte en actores humanos. Por lo demás, los guionistas se han esforzado en mantener el trasfondo original de la serie, pero modernizando algunos aspectos esenciales.

A pesar de la solvencia visual de la película, lo cierto es que tiene un ritmo demasiado lento. Hay que tener en cuenta que desde el principio se planteó como una trilogía y pierden demasiado tiempo en introducir tanto a unos personajes secundarios que luego no son adecuadamente explotados.

La acción tarda en llegar, pero cuando llega, los resultados están a la altura de las circunstancias. Siendo una saga cuyos personajes no cuentan con luminosos y espectaculares poderes, en lugar de enmascarar la acción tras una luz cegadora, la intensidad de la lucha se consigue de manera mucho más artesanal. Complicadísimas fintas de katana a cámara rápida y movimientos imposibles dan lugar a unos vistosos combates a los que no estamos acostumbrados. Huelga decir que no tienen comparación con los del anime, entre otras cosas porque estos últimos eran penosos.

Aun con la dificultad que estriba en que unos actores den vida a unos personajes de anime, y la filmografía japonesa está jalonada de demasiadas abominaciones que me dan la razón, este caso es una honrosa excepción. Los actores juegan un papel destacado dando la seriedad que requieren, y no son meras caricaturas. Gran parte del éxito recae sobre Takeru Sato, que da vida al difícil papel de Kenshin.

Conclusión:

Esta película es una excelente oportunidad para introducirse en la saga de Kenshin, omitiendo las partes aburridas y los capítulos de relleno, además de unos efectos envejecidos. Además, sigue fielmente el espíritu de la serie original, y lo que es más importante no han destrozado la adaptación como en el caso de Dragon Ball, privándonos de futuras secuelas.

Nota: 7

El Gran Gatsby

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Parafraseando una de las sinopsis más conocidas de Ciudadano Kane: ¿Quién es en realidad Jay Gatsby? ¿Un espía alemán? ¿El primo del káiser Guillermo? ¿Un asesino profesional? ¿Un rico industrial del medio-este? Y es que con semejantes rumores sobre su persona, no cabe duda que el personaje creado en 1924 por el escritor Francis Scott Fitzgerald lo tiene todo para captar la atención del espectador. Pero… ¿realmente es digno de llevar el sobrenombre de «Gran»?

No dudaremos pues de que toda la película gira alrededor de ese personaje encarnado por Leonardo Dicaprio. Jay Gatsby es conocido en toda Nueva York por las fastuosas fiestas que celebra en su palacio todas las noches. Fiestas de infinitos invitados en las que cualquier cosa es posible, y en las que parece hacer gala de ilimitados recursos económicos. Su personalidad nos es descrita a modo de recuerdos por voz de Nick Carraway (Tobey McGuire), un trabajador de banca que por casualidad termina siendo vecino del célebre Gatsby. A lo largo de la película somos testigos de como llegó a conocerle, y como no tardó en convertirse en el único confidente de tan enigmática figura.

Visualmente, tenemos una película caracterizada por los excesos. La fotografía es colorista en grado superlativo, y la iluminación no se queda atrás dando como resultado una mayoría de escenas donde es difícil encontrar alguna sombra. Al margen del detalle, esta decisión de la fotografía va en una línea optimísta que acompaña al momento y a los personajes: la pelicula se situa años antes de la gran depresión, y tanto el ambiente descaradamente jovial como los extravagantes festejos en la mansión de Gatsby vienen a reflejar esa frivolidad llevada al extremo. En ese sentido consigue lo que se propone, aunque sea llevado a cabo mediante recursos bastante vulgares.

Argumentalmente es donde los defectos mas importantes salen a la luz. En primer lugar: El personaje de McGuire es un plasta. Lo único que hace en toda la película es sonreir bobaliconamente, escuchar, responder y contar batallitas.  Cuesta  creer que alguien de la talla de Gatsby confiara sus secretos a un tipo tan anodino. Además dicho personaje sale en casi todas las escenas, con lo cual nunca lo perdemos de vista más de dos minutos seguidos. Luego, la manera en la que nos explican el trasfondo de Gatsby: sus orígenes, sus motivaciones… etc. Empieza prometedoramente, pero termina siendo poca cosa para un personaje tan carismático: A pesar de la excelente interpretación de Dicaprio, Gatsby no está en ningun momento a la altura de su leyenda. Por si eso no fuera ya bastante malo: El montaje parece empeñado en introducir varias escenas de relleno, de guión prescindible y  ritmo lamentable, que no hacen si no alargar artificialmente la duración por encima de unas 2h y 15 minutos que no se merecen. El final de la película resulta adecuado, pero lejos de la excelencia.

Conclusión:

No sé hasta que punto los defectos argumentales (los más graves) pueden haber sido heredados de la novela, o introducidos por el director. Pero si que sé que unos espléndidos decorados, huestes de extras, y una fotografía irisiada no bastan para encubrir un guión flojo, un montaje cojo y un desarrollo de personajes que promete para no entregar nada. Como divertimento, si te llama la idea y estás dispuesto a conformarte con lo poco que ofrece, es disfrutable. Para mi es una película fallida, demasiado superflua para calar; y demasiado tediosa y arrítmica para divertir.

Nota:  4/10